De tu tierno tronco quebradizo
emanaron unos brotes esquivos
que hubieron de buscar soles
entre sombras pertinaces.
Algo no floreció en tu primavera,
el verano no maduró los frutos
y el otoño te arrojó de la luz.
El gélido viento invernal
azota los recuerdos del ayer,
aviva el reúma del pasado.
Pero de la letanía del Norte
de la mano de algún copo de nieve
caerá una plegaria de perdón
que te acoja en el remanso de paz
que la vida no te otorgó.
Llorenç Garcia
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